Un presidente virtual

Por JUAN T H*
*EL AUTOR es periodista, abogado y político. Reside en Santo Domingo.
En el país que gobierna la Policía Nacional persigue y mata a los pobres de solemnidad, a los marginados, a los que nacieron sin nombres ni apellidos

Estoy absolutamente convencido de que el Presidente Leonel Fernández se va del Palacio Nacional porque no puede quedarse. Si pudiera lo hubiera intentado, con votos o con botas.

Pero no están estos tiempos para golpes ni autogolpes de Estado. La situación nacional e internacional no le es favorable.

Aventurarse con un golpe o autogolpe de Estado lo hundiría para siempre. Como están las cosas en el país duraría en el poder menos que una cucaracha en un gallinero.  
Leonel es más plural y demócrata en el extranjero que en su país. Apoya las protestas en España, pero no en la República Dominicanadonde hay 500 razones más que en España para la protesta.
En su país ordena la represión brutal de toda manifestación de lucha popular por una educación digna, por una salud pública adecuada o contra los malditos apagones.
Fuera de nuestra limitada frontera vende la imagen de intelectual, de civilista defensor de los derechos humanos, de la paz mundial.

En el país que gobierna la Policía Nacional persigue y mata a los pobres de solemnidad, a los marginados, a los que nacieron sin nombres ni apellidos.
Alquila aviones de lujo para irse con centenares de amigos y socios al otro extremo del mundo para mediar por la paz de pueblos que tienen miles de años en conflicto por razones geográficas, religiosas, políticas y económicas.

Pero en su país, donde la gente literalmente muere de hambre, con más de cuatro millones de pobres y un millón y medio en pobreza extrema, no hace nada.

Este país está en guerra, pero el Presidente no lo sabe. (Se hace el loco) Que alguien revise el número de ciudadanos asesinados por la Policía en los últimos años. Una guerra desigual contra los pobres.

Los ladrones de cuello blanco, los corruptos de la política, los narcotraficantes, ni los sicarios, caen en intercambios de disparos. Ellos están protegidos por las autoridades.
El Presidente viaja todos los meses a cualquier rincón del mundo con excusas y sin excusas. Alquila un avión de lujo, monta a todos sus amigos, socios y relacionados, y se larga durante diez o doce días, a la buena vida, pagada con la pobreza de su pueblo.

Su prensa le cubre la espalda. Le busca el lado bueno a todo cuanto hace el Presidente aunque no haya un lado bueno, para mantener su imagen intachable.
El Presidente es un hombre de imagen, de marketing. Todos sus pasos están calculados en función de los medios de comunicación.

Sus manejadores, expertos en publicidad, propaganda, marketing, y redes sociales, que les cuestan una fortuna al Estado, pautan los pasos del mandatario.

Ellos dicen cuando debe hablar, con quién debe hablar y donde debe hablar. Generalmente con medios y periodistas extranjeros.
De igual modo esos expertos diseñadores de su imagen, que cobran en dólares, dicen cuando el Presidente debe guardar silencio, que es casi siempre, en territorio nacional.
A  un periodista dominicano –sobre todo un reportero- le resulta más fácil derribar una estrella de una pedrada que conseguir una entrevista con el Presidente.

A menos, claro está, que  sea muy “importante” y esté en la nómina dela Red de Comunicadores con Leonel, ya sea pública o soterradamente.
El Presidente solo habla con periodistas y comunicadores, directores de medios todos, cuando tiene una crisis que atenta contra su estabilidad y su imagen. Suele invitarlos a un  almuerzo en el Palacio Nacional, donde tiene control absoluto.
No en balde el Presidente invierte miles de millones de pesos anuales en controlar la Opinión Pública. Fíjense que debido a la crisis económica y el déficit fiscal, el Presidente reduce el presupuesto de importantes ministerios, de la Junta Central Electoral, impone nuevos impuestos, pero no reduce el gasto millonario en publicidad y propaganda en torno a su gobierno y su figura.

El poder mediático ha sido el principal soporte político del Presidente Leonel Fernández. Gracias a ese poder ha hecho y deshecho todo cuanto ha querido.

Los periodistas aprendimos en las aulas y comprobados en la práctica, que aquél que controla y dirige los medios de comunicación también controla y dirige la sociedad. Ni más, ni menos. ¡Y Leonel, que no es periodista, también lo sabe!

Posted by Edisson López-Francis Alberto on 19:41. Filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0

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