Por la boca muere el pez


POR JUAN TH*
*EL AUTOR es periodista y abogado. Reside en Santo Domingo.
Hipólito será Presidente el próximo año. Tendría que cometer errores garrafales para que no sea así.

Aspiraba a una campaña electoral más o menos decente, sin insultos ni acusaciones injuriosas, sin mentiras ni agresiones, sin violencia física o verbal. Pero tal parece que no será de ese modo, que la campaña será dura y despiadada.


Aspiraba a una campaña decente donde primara el debate de las ideas, de los programas y planes de los candidatos para enfrentar los problemas nacionales.
Aspiraba a un debate serio y profundo sobre el problema haitiano, por ejemplo. Una discusión en torno a la inversión del Estado en educación, salud, vivienda, energía, etc. Saber lo que piensan Hipólito Mejía y Danilo Medina sobre la protección del medio ambiente y los recursos naturales renovables y no renovables.
Aspiraba a un debate en radio y televisión de ambos candidatos, sin descalificaciones perversas, ni agresiones.
Todo parece indicar – sin embargo- que el sector oficial no escatimará esfuerzos ni recursos para mantenerse en el poder y reelegir sus privilegios. La impunidad tiene un precio. ¡Y Palacio está dispuesto a pagarlo!
Si Danilo quiere el respaldo del sector que encabeza el presidente Leonel Fernández, tendrá que hacerle grandes concesiones políticas y económicas. El apoyo no será gratis. Tendrá que asumir no solo la obra de gobierno de Leonel, sino al grupo que lo acompaña y que ha ejecutado esa obra, lo cual tiene sus riesgos.
Danilo se mantuvo distante del gobierno y de la “obra de gobierno” del presidente Fernández para no contaminarse ni asociarse con el narcotráfico, el crimen, la sobrevaluación y la prevaricación. Su nombre ni su imagen podían estar asociados a esos antivalores. (“¡No iré al Palacio a robar!”)
Si ahora, por razones políticas decide hacer causa común con “la obra de gobierno” de Leonel y su grupo, con los que sí han ido “al Palacio a robar”, es su decisión. Debe saber que pagará un precio, que sería como venderle su alma al diablo. De todos modos, ese es su derecho. El grupo de Palacio lejos de aportarle simpatías y votos, le resta. Y lo que es peor, cuando pierda, no podrá decir que lo venció el Estado porque ahora el Estado es su aliado. (Me dicen que la camarilla de Palacio presiona para que la Primera Dama sea la compañera de boleta de Danilo. Un chusco cuando se enteró dijo, que esa era la mejor venganza de Leonel porque así elimina la competencia interna (la de su casa) y externa (la del PLD) dejándole el camino libre para el 2016)
Un dirigente del PLD me recordó la tesis de que “el fin justifica los medios” y que Danilo necesita el apoyo de Leonel y su gente para ganar. “Y después él hará lo que tenga, pues no irá al Palacio a robar”, lo cual no deja de tener sentido.
En lo que Danilo ejecuta su estrategia para unir al PLD alrededor de su candidatura –incluyendo a los oficialistas, aun sea a regañadientes-, Hipólito ya unificó el PRD, aunque sea de palabra, y está diseñando las bases políticas y programáticas de su campaña electoral con sus asesores nacionales e internacionales.
Hipólito será Presidente el próximo año. Tendría que cometer errores garrafales para que no sea así. Tendría que ponerse loco y salir desnudo a la calle a tirar piedras. Hipólito es el candidato a vencer. El pueblo saldrá del PLD no importa que el candidato sea Leonel o Danilo. El pueblo tiene más de mil razones para no volver a votar morado. El “comesolismo” es la manera de gobernar del PLD que el pueblo aborrece.
Es por eso que los enemigos de Hipólito han comenzado una campaña sucia y rastrera en su contra en algunos medios de comunicación. Ya comenzaron a irrespetarlo, a lanzar toda clase de insultos, a desmeritarlo. No se dan cuenta que ofende quien puede, no quién quiere. Hipólito no se dejará provocar. No se colocará a la defensiva, sino a la ofensiva. Responderá lo que tenga que responder cuando deba responder, dirá lo que tenga que decir cuando deba decirlo. No hablará por hablar. Esos tiempos pasaron. El Hipólito de hoy no es el Hipólito de hace diez años. El Hipólito de hoy sabe lo que quiere y como lograrlo. Es por eso que otra vez será Presidente de la República.



Posted by Edisson López-Francis Alberto on 13:42. Filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0

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